A veces la fuerza de una película radica en sus silencios. En lo que no cuenta, pero se intuye. En pequeños detalles imperceptibles, que van creando el ambiente propicio donde desarrollar densas situaciones dramáticas
Momentos que se graban entre sombras y silencios dosificados. Espoleando nuestra imaginación para componer, una intriga muda sobre un pasado inexistente. Que de alguna forma, nos grita que debemos esforzarnos por descifrarlo.
Algo en apariencia sencillo, pero muy difícil en realidad de conseguir. Aunar sombras y silencios solo rotos por el canto de un pájaro El denso humo de un cigarro y todo un calidoscopio de sensaciones vuelan sin saber bien el por que. Aunque …..Tal vez y solo tal vez… Sea eso la magia del cine. Algo que se da solo de vez en cuando y esta vez se produce en…….
Una película que es puro cine negro de belleza y fuerza arrebatadora, que cautiva en su silencio. Fría y distante como su protagonista. Un hierático y meticuloso asesino a sueldo de inquietantes guantes blancos. Interpretado de manera magistral por Alain Delon en probablemente….. El papel de su vida.
Desasosegadora muestra de talento interpretativo en esta obra maestra sobre un errante. Que se arrastra por los bajos fondos parisinos sin encontrar nunca su sitio. Ni aquí, ni en ningún lugar. Buscando un imposible, que como tal, va tejiendo su tela de araña que envolverá todo en un frió polar. Santo y seña de una historia, donde tras la escarcha se esconde un fuego que intuimos. Aunque nunca en realidad lleguemos a verlo.
Narrada manteniendo un ritmo impecable, Sin elipsis que la lastren, se va desgranando una madeja típica en apariencia Distinta por su desarrollo y plagada de imágenes cautivadoras que alcanzan su cenit cuando la soledad es palpable. Lugar donde brilla la película como pocas y crea un personaje ciertamente repetido mil veces. El mas reciente, en la aclamada Driver.
Elegante en su silencio. De conversación inexistente y emanando sufrimiento interior. Dotado de un código de honor extraño y una meticulosidad en su letal trabajo. Que le asemeja a un tigre, en busca de una presa condenada de antemano. Ya que este, es un mundo de asesinos serios. Poblado de gabardinas y sombreros, para protegerse de una lluvia derramada perpetuamente sobre tipos duros. Parcos en palabras, pero expeditivos en hechos.
De mujeres nocturnas que miran con deseo no exento de lastima. De policías tan letales como los perseguidos en escenas magistralmente filmadas…. Y ante todo, la soledad de un hombre acorralado por todos en un espectral parís. Que alza sus calles en sombras perpetuamente empapadas, como perfecta amante de un hastiado personaje. De mirada fría y distante, que basa su fuerza en gestos que lo dicen todo.
Película extraña como su protagonista. De una soledad que asfixia, llegando en algunos momentos a herir sin hacer la herida. Que rezuma pesimismo y un lirismo pocas veces visto en una pantalla. Cautivadora y ante todo triste. Como esa llovizna que salpica las calles donde la ciudad pierde su nombre. Entrelazándo vidas rotas en un juego de final tan incierto…. Como amenazador
Obra de culto con la que su director Melville, alcanza su cota mas alta. Irrepetible icono del cine policíaco francés que el tiempo ha convertido en una joya para muchos escondida y aun por descubrir. …..