Densa nube taciturna que empaña estelas perdidas. Eternamente heridas, dibujando sombras que se pierden, cuando la suerte es tan esquiva como traicionera.
Buscando sin buscar, en una mirada larga que se diluye entre las brumas de un floreado vestido. Ella, simplemente ella y el eterno femenino, que se deshoja. Como manzana envenenada volcada en un vaso vació.
Quizás, un suspiro en la tormenta sin respuesta posible y por ello. Desgarrador, en un silencio hiriente acentuado por un tejido de encuentros y desencuentros. Donde el eterno baile del amor se juega sin jugarlo. En realidad, como invitados de piedra a un convite de otros que suponemos lejanos. Ya que, ni tan siquiera poseen nombre o identidad
Juego de extraños, a través de transparencias orientales filmadas de manera extravagante. Donde es mas lo que se vislumbra que lo que se muestra, acentuando con ello la sensación de desasosiego. De soledad, entre lluvia y claroscuros de calles desiertas.
De rojos imposibles y gente sin nombre que se mueve sin guion aparente. Sin historia, ni dramas mas que el diminuto detalle de belleza dolorosa susurrada en el silencio.
Película que se construye en base a una traición. A través de la cual dos almas heridas transitan un terreno ilegal sin nunca traspasarlo. Terreno acotado, donde la soledad anida ebria de angustia en tormentos interiores. Incapaces, de mostrar lo que sienten.
Arquitectura efímera, rodada en total anarquía temporal, donde pasado y presente no importan mientras nosotros. Espectadores atónitos, asistimos entre vidrios coloreados, visillos o escaleras, como husmeador sin invitacion a una historia que nunca sera…. De cristales esparcidos por el suelo
Un cigarro melancólico, cuando los ojos son un desierto. Un roce apenas visible de unas manos que se queman al contacto. El bamboleo de unas caderas al ritmo de una música hipnótica y cadenciosa que acompasan perfectamente. Esas furtivas miradas de un amor que se palpa, pero nunca se da en una apuesta directa al corazón.
Construida, cuando ser amigos cuesta mas que ser amantes. Y hasta respirar es algo que se aleja, en esa angustia de sentirse abandonado, en un barco que se hunde absolutamente roto por dentro. Olvidado por quien se fue, pero aun esta aquí, alejado sin duda de la tormenta interior desatada
Barco que navega sin rumbo fijo. Arrastrando pedazos que son jirones de historias rotas, aferradas a un simple abrazo fuerte. Como corrosiva tabla de salvación por encima de miedos y perjuicios. Desgraciadamente, anclada, por quien trae heridas que son un eclipse de silencios.
No preguntes que pasa, simplemente siéntete en casa y observa desde la reja esos dos segundos que faltan para que cada mirada termine en un beso apasionado. Que muere, antes de nacer en una pena surgida del llanto por lo perdido y no….Por lo hallado
Película lírica y nostálgica. Plena de florituras de una cámara firme que rueda a base de pequeños detalles, una historia de cuando no queda nada mas que las ganas de llorar. Frente a frente, dos almas destinadas a estar juntas, pero eternamente separadas por secretos susurrados en un hueco. Luego tapado, para ser mortalmente olvidado.
Tarea ardua e imposible, por ello, dura como pocas sin apenas palabras. En su lugar, imágenes que traspasan la pantalla dejando la sensación de que el amor duele. Pero no tenerlo, todavía mas.
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