Perpetuarse y adaptarse a modernos tiempos de cambio. Triste melodía de piano y violín, para tan audaz jugada y mas… Cuando todo parece cabeza perdida desde las brumas de la antesala del olvido.
Lugar anclado en el pasado, donde un descendiente de conquistadores. Alza la mirada ante el avance de esos metálicos verdugos de sonrisa amplia y dagas que nunca ves.
Que sustituirán, viejos valores todavía patrimonio de una clase ya con el certificado de defunción en la mano.. Por otros quizás en apariencia distintos… En realidad irremediablemente iguales.
Caducos y perdidos en el tiempo si, pero que plasman lo que el es, ha sido y sera siempre y hoy…Serán usurpados por mercaderes. Representantes de un muevo poder en alza y este príncipe de porte altivo, estará con ellos y sera su valedor mas fiel.
Que los desprecie, un mero accidente, total la sustancia histórica se perpetua y diversos regímenes de poder. Necesitan que todo cambie, para que nada lo haga. Y aun así, podría oponerse por principios que gritan desde lo mas recóndito del alma o por el contrario.
Sumarse activamente a lo nuevos amos de la baraja. Pero sinceramente, consciente de que ya no encaja en ningún sitio….Se abandona a la triste cancion de la orquesta del desencanto en una narración barroca de belleza escultórica. Donde se define la decadencia, lo que se va y lo que esta por venir. Mirada nostálgica, hacia un pasado que se pierde ante el empuje de quien sabe jugar sus cartas. De un mundo que se hunde.
Bañado en la agridulce melancolía fruto de un hondo lamento, que grita sordamente que en realidad, todo es inamovible.. … Por todo ello, si hay que bailar, bailaremos, aunque el entusiasmo se pierda en el guardarropa….
Suntuosa joya que como si fuera un colorario, plasma en finos trazos pinceladas del mejor cine europeo. Elegante y exquisita a la vez que desmedida. Técnicamente rozando la perfección y dotada de una inmortal melodía compuesta por el maestro Nino Rota. Resaltada por la apabullante y bella fotografiá de Giuseppe Rotunno.
Dando como resultado, una obra imperecedera surgida de la pluma de un novelista como Lampedusa en su única y celebrada novela. Adaptada para el cine por un maestro en crear ambientes fastuosos y decadentes llamado Luchino Visconti.Que consigue aglutinar, toda la fuerza necesaria para narrar lentamente y sin prisas, el hundimiento de una clase social que como un hondo lamento. Se sostiene entre imágenes de belleza exquisita
Creando un personaje, herido eternamente por la insatisfacción. Apesadumbrado ante el inexorable paso del tiempo, el deterioro físico y el ocaso de una sociedad que se derrumba para dejar su lugar a otra. Representado por Burt Lancaster de manera magistral, en una interpretación que ha quedado para la historia como símbolo de lo que se fue. De la elegancia y de unos tiempos que se perdieron con la lluvia….
Arropado por dos floreros como Alain Delon y Claudia Cardinale, que aportan belleza al conjunto. Ya que ante todo es un cuadro, un bello lienzo salido de la mente de un director capaz de adaptar mundos de arrebatadora belleza a la decadencia de su mensaje. Como ya demostró en su otra obra maestra que es …..Muerte en Venecia.