Intrincados laberintos, donde el deseo rompe las brumas de la asfixiante noche californiana. Mujer cuerpo de ola febrilmente vestida de blanco. Poseedora del don de la mirada retadora y dueña de una sutil y atrayente baraja donde las cartas, están irremediablemente marcadas tras ese envoltorio en llamas.
Bendecidas por tu hielo interior y dispuestas a encontrar un jugador que simplemente sienta…….Fuego en el cuerpo en un juego de piel contra piel, sudor contra sudor y la red de araña sonríe tras cobrar una nueva pieza.
Agitándose en espasmos no controlados sin saber todavía, que el destino ya ha colocado sobre ella su temida cruz negra. Marca de los condenados que creyeron ser pescadores, cuando solo eran cebo para los tiburones.
Mortal en manos de una diosa, nunca fue lucha justa. Simplemente la perdición de los hombres que creen serlo. Castigo divino que, como viuda negra devora hasta el tuétano. Dejando al final esa sonrisa bobalicona que solo quiere decir. Si supiera el veredicto…Volvería hacerlo. Tal es tu poder, tal es tu castigo…Condenado deseo.
Kasdan, nos muestra en esta película la fuerza de ese deseo potenciado por el pegajoso escenario de una ciudad maldecida por el calor. Siguiendo el ritmo del mejor cine negro de los años 40, donde se fuma constantemente mientras se mezclan traiciones y engaños. Con profundos giros de un guion sin fisuras. donde vemos cosas que pasan y lo que es mas importante, intuimos las que no pasan o simplemente deberían pasar.
Heredera de títulos míticos como Perdición. Perfecto cóctel de intrigas y pasiones con la sensación de que todo esta abocado al desastre. Y por encima de ello, la aparición de una de las mejores mujeres fatales de la historia del cine.
Cautivadora esa encantadora de serpientes llamada Kathleen Turner por la que cualquiera perdería un reino Sin importar que arda el mismo infierno, mientras se contempla un simple cruce de piernas.Ante el cual, un taimado William Hurt no puede hacer mas que bajar la cabeza ,mientras el mundo le grita que el abismo es su destino.
Genial este abogado, mujeriego y cínico atrapado entre dos piernas como columnas jónicas. Aunque sinceramente…. Cuando no esta genial este actor, uno de tantos destinado a dar empaque a cualquier produccion…Nunca el brillo que queda para otros
Dirección sobria y elegante, sin virtuosismos pero con pulso firme que acompaña una fotografiá en sombras que adereza su espíritu negro. Diálogos inteligentes que salpican una trama de final sencillamente perfecto. Sin olvidar ,la música compuesta por John Barry que casa perfectamente en la atmósfera del film.
Todo mezclado y no agitado para conseguir mantenernos pegados al sillón, mientras asistimos a un torrente de cine en estado puro. Sin distracciones, ni concesiones a la modernidad combatiente
Una joya a redescubrir, ya que muchos la vieron y es lo suficientemente conocida para no habitar en ese limbo eterno. Pero lejana de su sitio natural. Que si no es junto a las grandes, es simplemente un peldaño mas abajo. Otras, quizás con menos méritos, gozan de ese privilegio